El Hostal Li-Ming cuenta con 30 habitaciones, es un establecimiento turístico tradicional, y está próximo a cumplir 40 años de funcionamiento en la ciudad de Iquique.
“Fui una de las pioneras en construir y administrar un hostal en la ciudad, trabajo realizado con mucho esfuerzo y sacrificio. Casi a fines de los años 70`s y principios de los 80`s la ciudad de Iquique vivió el boom de las pesqueras y los inicios de Zona Franca lo que conllevaba la visita de cientos de trabajadores del rubro pesquero y de turistas a nuestra ciudad”, explica Leticia Prieto.
Hasta ese entonces su medio de sustento era una rotisería y posteriormente una amasandería, pero ella quería hacer cosas más grandes. “Debido a esta incesante búsqueda de crecer y llevar a cabo nuestras ideas y gracias al gran apoyo de mi compañero y padre de mis hijos, Germán Gampuy, decidimos aventurarnos en un rubro, hasta ese entonces, absolutamente desconocido para ambos pero que, sin duda, representaba un gran potencial de crecimiento y desarrollo”.
“Debido al desconocimiento y falta de apoyo de instituciones bancarias debimos juntar gran parte del capital que debíamos reunir a puro trabajo. Afortunadamente no nos equivocamos y lo que en un principio fueron sólo 6 habitaciones con baño en un primer piso se transformaría a la vuelta de los años en un recinto con más de 30 habitaciones”, nos cuenta.
A través de los años conoció grandes clientes que a luego se transformaron en grandes amigos, vio crecer y desarrollarse a sus hijos. “Despedí hace ya casi 20 años a mi compañero de vida debido a una lamentable enfermedad pero sin duda, y a pesar de lo que se pudiera pensar, el balance ha sido absolutamente bueno y me enorgullece que el esfuerzo de buena parte de mi vida esté ya casi a punto de cumplir 4 décadas”.
Leticia relata que hoy cuenta con 5 camareras, y sus hijos están a cargo de seguir participando en proyectos y aportando ideas nuevas para seguir complementando los servicios. “Yo, casi a punto de cumplir 75 años me sigo sintiendo útil y aporto con mi experiencia y trabajo”.
“Aprovechamos la ocasión”
Su idea coincidió con el auge de las pesqueras y de la Zona Franca lo que significó un aumento de turistas y trabajadores de esos sectores. Si bien la ciudad contaba con los históricos hoteles Arturo Prat y Hostería Cavancha, “éstos sólo albergaban a sectores económicos más acomodados por lo que no existían recintos para sectores más humildes y es ahí cuando nosotros aprovechamos la ocasión y decidimos aventurarnos en este rubro tan fascinante”
“Comencé a trabajar siendo una niña. Hija de madre soltera y sin una red de apoyo familiar siempre consideré que el trabajo arduo era la única forma de cumplir con las metas que había trazado para mi vida. Trabajé de camarera en la histórica Hostería Cavancha de Iquique a fines de los años 60 y ahora mirando hacia atrás entiendo que quizás fue ahí donde se despertó mi interés por este rubro. También debo reconocer que gracias al apoyo incondicional del padre de mis hijos y compañero es que, a punta de puro trabajo y mucho mucho esfuerzo logramos reunir el dinero para iniciar la construcción de nuestra querida Residencial Li-Ming. Luego debimos considerar que habiendo gastados nuestros recursos en construir, no podíamos darnos el lujo contratar personal por lo que decidimos hacer las veces de nochero, camarera, botones, garzona, etc. junto a mi compañero, lo que significó un gran esfuerzo para ambos pero siempre con el objetivo de sacar adelante a los 3 hijos que nacieron producto de nuestra unión.
“Como resumen de estos ya casi 40 años de mi emprendimiento puedo decir que es difícil, eso es innegable. Serán años de esfuerzo, trabajo y dedicación y el resultado quizás no sea a corto plazo pero si se cumplen con esmero todo es posible y hoy casi a punto de cumplir 75 años puedo decir que mi trabajo y el de mi compañero ya fallecido rindió sus frutos. Mis hijos pudieron estudiar lo que ellos quisieron, trabajar y formar sus propias familias y hoy en día ayudarme a seguir adelante.”
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