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El Huarango: un oasis en plena pampa del Tamarugal

Este emprendimiento sustentable de la Región de Tarapacá alcanzó el primer lugar en el concurso Más Valor Turístico 2019 de Sernatur.


El tamarugo es un árbol endémico del norte de Chile y, aunque esté en vías de desaparecer, sigue erguido como lo ha estado por siglos en uno de los climas más áridos del mundo. Hoy forma parte del paisaje de la pampa en la Región de Tarapacá, lugar que también debe su nombre a esta especie arbórea.

Huarango es la palabra quechua para este árbol y, además, es el nombre de un hotel que, más que unos simples días de alojamiento, ofrece un espacio de conexión con la naturaleza, un oasis en medio de la pampa del Tamarugal. Sin embargo, el que se roba la película es el sol.

Es que, en este servicio de alojamiento ubicado en el poblado de La Huayca, comuna de Pozo Almonte, se definen como un retiro ecológico completamente alimentado por energía solar. El astro rey provee electricidad, agua caliente y una gastronomía solar única, lo que hace que la experiencia de la estadía en este lugar sea inigualable.

Pero no es solo este aspecto de la sustentabilidad el que hace especial a este albergue rural. Como dice Coca Coello, copropietaria de El Huarango, “acá todo es autosustentable: la construcción de este espacio está hecha con materiales reciclados o reutilizados, las habitaciones y cabañas están construidas con costra de sal, los desechos orgánicos van todos al compostaje o comida para los animales domésticos”.

Coca y su marido, Marco Fernández-Concha, resolvieron abandonar las comodidades que tenían en Lima (él es geólogo y, en ese tiempo, trabajaba gerente de una importante minera en Perú; ella se dedicaba al diseño de vestuario y, luego, al paisajismo) y jugársela por un proyecto propio.

La empresaria de cincuenta y cinco años recuerda el principio así: “El geólogo, en general, tiene una conexión especial con la tierra y lo que hace es leer la tierra, por eso le gusta tanto el norte, donde los cerros están piluchos y ellos pueden leerlos e identificar todos sus conocimientos allá adentro. Decidió traerme a la pampa y me enamoré, porque hemos estado siempre en la misma frecuencia y aquí nos quedamos”.

Juntos han sabido integrarse muy respetuosamente con la comunidad y su entorno. Constantemente, están capacitando a los trabajadores para que adopten las políticas de reciclaje de El Huarango en sus propios hogares.

Esta armonía entre los ámbitos sociocultural, económico y medioambiental de la sustentabilidad turística es pilar fundamental del hotel: convive de manera amistosa con el bosque de tamarugos, una experiencia natural que conecta a los pasajeros con la flora y la fauna; mientras que los productos que se consumen son primordialmente locales, al igual que quienes son parte del equipo de trabajo, la mayoría de la comunidad, sobre todo indígena.

Experiencia rural al calor del sol

En El Huarango, la sustentabilidad se ve en todo rincón y se experimenta en cada momento. El uso de los recursos y su gestión es esencial para mantener este emprendimiento familiar. Coca detalla que “utilizamos solo energía solar, la que mantenemos en 12 voltios, así no necesitamos muchos paneles solares para iluminar o cargar nuestros dispositivos electrónicos. Gracias al sol obtenemos agua caliente todos los días del año”.

Por otra parte, las luces de los caminos entre las cabañas, el comedor al aire libre y los demás espacios del hotel son botellas de vino alimentadas por los paneles fotovoltaicos. Estos están dispuestos a ras del suelo, así no generan una contaminación lumínica que impida disfrutar de los cielos estrellados.

El mayor consumo de agua que se genera en El Huarango es para el lavado de sábanas y toallas. “Esta agua –explica Coca Coello– se usa para regar un sector de cañas, las cuales son usadas en las mismas construcciones que tenemos. Y el sistema de planchado es lo mejor: usamos unos mesones donde las sábanas se doblan mojadas, se estiran y se secan así gracias a la sequedad y el calor del ambiente”.

Este calor al que se refiere es el que también usan en El Huarango para cocinar las preparaciones con que reciben a quienes buscan una estadía diferente. “Esperamos a los pasajeros con un menú diario cocinado en nuestras cocinas solares y en un horno solar: ahí hacemos todo, desde los crutones para la sopa hasta los postres”, revela Coello.

Con todo, en más de quince años de funcionamiento, las medidas que ha tomado esta empresa en plena pampa del Tamarugal mitigan de manera considerable la huella de carbono que emiten los pasajeros. Esta es, sin duda, una experiencia que, de manera sustentable, brinda más valor turístico a la Región de Tarapacá.

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