El área de turismo accesible tiene como función implementar acciones para que los turistas con discapacidad y sus acompañantes accedan y disfruten de la oferta turística nacional de forma autónoma, cómoda y segura.
Además, se preocupa de que la accesibilidad esté presente de modo trasversal en todas las áreas del turismo nacional, a fin de permitir el acceso a todas las personas por igual. Asimismo, estimula la generación de productos turísticos diseñados bajo el concepto de accesibilidad universal y del Código de Ética Mundial para el Turismo.
El desarrollo de un turismo responsable y sostenible implica el reconocimiento de todos los actores involucrados en un proceso de desarollo inclusivo que no deje a nadie atrás en una actividad que genera cambios en la calidad de vida de las personas. La hoja de ruta tiene cinco ejes estratégicos y cuatro de ellos están enfocados en la industria turística.
Capital humano: habilidades, competencias, experiencias y conocimientos para una buena actitud y buen trato hacia las personas con discapacidad.
Entornos habilitantes: reconocimiento de la diversidad de las personas e importancia de generar espacios coherentes y accesibles con esas diferencias incorporando el diseño universal.
Asociatividad: la generación de un esfuerzo colectivo y estratégico
Tecnología e innovación: como herramienta que acorte brechas en comunicación, información, promoción y facilitación de destino.
El turismo accesible es una forma de turismo que implica un proceso de colaboración entre los interesados para permitir a las personas con necesidades especiales de acceso en distintas dimensiones —entre ellas, las de movilidad, visión, audición y cognición— funcionar de forma independiente, con igualdad y dignidad, gracias a una oferta de productos, servicios y entornos de turismo diseñados de manera universal.
Contribuye a aumentar los niveles de rentabilidad y seguridad empresarial.
Los productos con enfoque accesible e inclusivo mejoran la cadena de valor.
Quiebre de estacionalidad: destinos y prestadores preparados para segmentos que viajan todo el año.
Desconcentración de oferta: permite distribuir la demanda en destinos no tradicionales, generando desarrollo de economías locales y desconcentrando los principales destinos tradicionales de Chile.
Mejora la imagen: las diferencias entre los destinos no están en sus productos, sino en el disfrute emocional que se hace de ellos.
Creación de empleo: al aumentar la demanda, aumentan los puestos de trabajo. También existe la posibilidad de incorporar a personas con discapacidad en nuevos puestos de trabajo en servicios turísticos.
Mayores calificación y competencias en atención de personas con discapacidad.
Prepararse para diseñar productos a medida del cliente y adquirir cultura de innovación y mejora continua.
Innovación e incorporación de TIC: oportunidad de diferenciación y eficiencia productiva, centrada en tecnologías inclusivas.
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