Por su hostal y restorán rural, Ana fue la seleccionada regional para el concurso Mujer Empresaria Turística 2020.
Sobre los 3.000 metros de altura, en Socoroma, Región de Arica y Parinacota, hay un restorán y hostal que ofrece gastronomía tradicional con productos agrícolas de temporada y una estadía en medio de un ambiente rural. Se trata de Tía Emilia, emprendimiento que iniciara por los años noventa Filomena Emilia Humire Vásquez y que hoy continúa su hija, Ana Vásquez Humire.
La particularidad de este servicio turístico es la atención personalizada, el sello de su madre. Según explica Ana, la verdadera Tía Emilia “acompañaba las estadías con sus relatos del pueblo y enseñanzas de la agricultura. Todo su amor estaba reflejado en su característico pan amasado y los platos más ricos de la gastronomía local”.
Pero Tía Emilia es más que eso, no por nada fue la seleccionada de su región para el concurso Mujer Empresaria Turística 2020, que por una década ha relevado el importante papel que tienen ellas en la industria turística chilena, ámbito en que destacan por ser un aporte en todas las aristas de esta actividad, así como en las tradiciones y las costumbres del entorno en que desarrollan sus productos y servicios.
Para esta empresaria de sesenta y tres años, “visitar el pueblo de Socoroma es trasladarse a un lugar donde te puedes desconectar completamente del mundo urbano y conectarte con la naturaleza y las culturas aymaras”, por eso la experiencia que entrega a los turistas invita a recorrer los vestigios de la leyenda de los pushiri marka, visitar los tramos del Qhapac Ñan, avistar la rica avifauna de la zona para terminar descansando en un hostal con altos estándares de calidad y disfrutar de los recomponedores chairos (una preparación de sopa típica de las regiones andinas) después de un día de trekking… “Es, sin duda, una experiencia inigualable para vivir solo, en pareja o en grupo”, recomienda Ana.
–¿Qué impacto tiene la propuesta de turismo rural en la comunidad?
–En el restorán, se ofrece gastronomía tradicional con productos agrícolas del pueblo dependiendo de la temporada, tanto de la producción propia y también de agricultores del pueblo, basándonos en el concepto de economía circular. También he trabajado fuertemente estos últimos años en el programa PTI de Turismo de Corfo del Qhapac Ñan y, desde esa iniciativa, logramos formar la primera cooperativa de turismo en la región, llamada Amigos del Qhapac Ñan.
–¿Cómo se complementa Tía Emilia con otros servicios de la comunidad?
–Después del PTI, nos dimos cuenta de que el turismo debe trabajarse en forma comunitaria, inspirados en ejemplos que vi en San Pedro de Atacama y en Arequipa. A través de la gira del PTI, vimos que para poder prosperar es indispensable trabajar todos juntos. Por eso, hoy estamos iniciando el trabajo en la cooperativa y también en fortalecer nuestra propia Corporación Chukuruma, recientemente creada entre un grupo de emprendedores socoromeños, para establecer el funcionamiento y la gestión de nuestro propio territorio.
Desde principios de 2000, Ana Humberta Vásquez Humire comenzó a formar parte activa del negocio de su madre, apoyando, en primera instancia, en temas de contabilidad y administración y, luego, en las labores propias del restorán y el hostal. Lamentablemente, en 2014, Filomena sufrió un accidente cerebrovascular que la dejó postrada y la aquejó hasta su fallecimiento en 2018, momento en el cual se hizo cargo del 100% del negocio, “atendiendo, siguiendo los principios de mi madre y apreciando a cada uno de los clientes”, confidencia la finalista del concurso Mujer Empresaria Turística por Arica y Parinacota.
–Para posicionar tu negocio, ¿te has enfrentado a barreras asociadas al género?
–Para mí, ser mujer ha sido una ventaja para insertarme en el mercado, ya que mi madre fue pionera en este rubro en mi pueblo y yo sigo su legado: nuestro emprendimiento ha sido y es un modelo a seguir para otras mujeres. Así lo veía mi madre y así lo veo yo: si le va bien a una, nos va bien a todas, nos potenciamos y promovemos. Así podemos mantener al pueblo activo sin tener que abandonar nuestras raíces.
–Llegar a ser finalista del concurso es, sin lugar a dudas, inspirador para otras mujeres. ¿Cuál es el mensaje que les entregas a ellas?
–Como mujer aymara que soy invito a todas las mujeres a rescatar sus raíces y honrar a su familia a través de la mantención de la herencias intangibles que nos dejan nuestras madres. La mujer aymara por años ha sido la fuente de sabiduría y la cuidadora de nuestras tradiciones, cultura y familia. Este es nuestro gran valor que debemos resguardar y mantener.
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