Promover la movilidad accesible para mejorar la calidad de vida e impulsar la inclusión social de personas con discapacidades físicas o sensoriales en el sistema vial se ha transformado en un verdadero desafío, más aún para nuestro país que ha mostrado un alto interés por diseñar ciudades mucho más amigables, democráticas, accesibles y funcionales para todos sus habitantes.
Para avanzar hacia un país inclusivo y moderno, que otorgue a todas iguales oportunidades de cumplir metas y aspiraciones personales a todos los usuarios de las vías, se hace indispensable mejorar la autonomía y las opciones de movilidad del 20% de la población adulta en Chile que se encuentra situación de discapacidad y que ha debido enfrentarse históricamente a una serie de obstáculos para desplazarse de forma segura por nuestras calles y carreteras, más aún para aquellos que quieren hacerlo en un vehículo motorizado.
Si bien hay muchas instituciones públicas, empresas y organizaciones de la sociedad civil que han hecho tremendo esfuerzos por generar iniciativas que apunten a tener una ciudad más integradora que les permita a las personas con algún tipo de discapacidad desarrollarse de manera autónoma y plena en sus traslados, la accesibilidad universal debe estar integrada en la gestión y proyecciones que se tienen de la movilidad, y es necesario crear muchos más espacios que faciliten la vida independiente de éstos en la vía pública.
Ha llegado el momento de entender que una discapacidad no es un impedimento para poder conducir y menos, un problema para optar a la licencia no profesional en Chile ni en otro país. Precisamente, como una forma de derribar estas barreras, Automóvil Club creó el programa “Más Movilidad” cuya iniciativa ha permitido impulsar dos proyectos inéditos: el curso de conducción accesible para personas con situación de discapacidad física, en Santiago, y el curso de conducción que promueve la inclusión de personas sordas, para que puedan optar posteriormente a la licencia de conducir, en Talca.
Ambos cursos que constan de 60 horas, entre clases teóricas y prácticas, incluyen una serie evaluaciones y metodologías de aprendizaje que están diseñados especialmente para estos alumnos, donde se pretende que adquirieran las habilidades y aptitudes necesarias para obtener la licencia Clase B, y así puedan desplazarse en el sistema vial con responsabilidad y bien capacitados.
El futuro de la movilidad tiene que ser capaz de atender las necesidades de personas con discapacidad física, psicosocial, cognitiva o sensorial, y garantizar que éstos puedan desarrollarse correctamente en todas sus dimensiones como usuarios activos y valiosos del espacio público. Este es un desafío que debe ser tratado con urgencia porque lograrlo es posible.
Nuestra institución está convencida que el automóvil entrega independencia y facilita el acceso a la educación, trabajo, salud, entre otras actividades, y también, permite fomentar el turismo. Precisamente, por más de 85 años, Automóvil Club de Chile ha trabajado incansablemente por ofrecer distintas soluciones que les permitan a los conductores chilenos tener una mejor calidad de vida en sus desplazamientos diarios por las calles y carreteras del país. El turismo es un pilar estratégico dentro nuestra organización y para ello, hemos creado un sinnúmero de productos y servicios que permitan garantizar el bienestar y seguridad de nuestros automovilistas a lo largo de todo el territorio nacional. Posicionarnos como la entidad número uno en la prestación de servicios al automovilista, ha sido un gran desafío. En la actualidad estamos prestando más de 60.000 servicios asistenciales al año, lo que nos ha permitido cumplir con creces nuestra principal misión: promover la movilidad segura, sostenible, ecológica y accesible en el país.
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