Por Daniel Díaz Pérez, director de Sernatur Atacama.

El reciente desierto florido, considerado por los expertos como el más importante en los últimos veinte años, ha dejado de manifiesto un gran interés de turistas nacionales e internacionales por conocer este maravilloso fenómeno, quienes utilizan servicios turísticos que son principalmente mipymes lideradas por emprendedores que llevan años trabajando en la industria y que hoy, en la Semana de la Pyme, reconocemos como parte esencial de la oferta turística de Atacama.

Precisamente, debido a la dinamización que se ha producido en el turismo local es que numerosos emprendedores están viendo en el turismo una opción cierta de negocio, en una actividad económica que además muestra a nivel mundial un constante crecimiento y un continuo desarrollo, pero que a cambio exige compromiso, constancia y profesionalismo, lo que puede hacer la diferencia entre el éxito o fracaso del emprendimiento.

El primer elemento clave es reconocer que existe una Ley de Turismo que regula el funcionamiento de la industria en Chile, normativa para el funcionamiento de un turoperador, tamaños que deberían tener las habitaciones de un alojamiento o el reglamento que regula las actividades como observación de flora y fauna, trekking o cabalgatas entre otras. Sin embargo, lo más relevante es entender que la sustentabilidad es un elemento clave en el funcionamiento de su proyecto turístico, porque a diferencia de otras actividades económicas, donde se trabaja específicamente en la compra o venta de productos, aquí se trabaja integralmente con productos y servicios que forman parte de una experiencia turística, la que no solo afectará al emprendedor, sino que tiene la responsabilidad de representar la experiencia final que se puede llevar un visitante o turista de toda la Región de Atacama y su gente.

Es por esto que las pymes turísticas deben ser auténticas y relevar los atributos no solo de su servicio individualmente, sino que del destino que lo hace único, respetar los entornos naturales, sociales y culturales, procurando que el desarrollo del producto no genere impactos negativos, y contar con el apoyo de la comunidad local para potenciar el turismo, ya que puede ser cualquier atacameño el que termine recomendando o dando a conocer su emprendimiento.

Esta sustentabilidad implica finalmente un equilibrio entre el aspecto económico, el sociocultural y el ambiental, los cuales a la postre hacen rentable los emprendimientos turísticos. Solo como antecedente de lo anterior, se puede señalar que un 83,5% de las personas que visitaron el país en invierno del 2016 estarían dispuestas a pagar más por productos que cuenten con reconocimiento o certificación de sustentabilidad, por lo que a nivel nacional trabajamos en un Plan Nacional de Desarrollo Turístico Sustentable, Sellos de Sustentabilidad y una estrategia que la Organización Mundial del Turismo reconoce este 27 de septiembre en el Día Mundial del Turismo como clave para el desarrollo de los destinos y de los emprendimientos turísticos.