Rústiko ofrece una experiencia que resalta la cultura de Lonquimay. Este emprendimiento fue uno de los seleccionados para el concurso Mujer Empresaria Turística 2019.
Como un sueño cumplido cataloga Lorena Cortés el desarrollo del hostal y restorán Rustiko, emprendimiento que surge por la búsqueda de orientar y atender a los turistas que llegaban a una zona donde no existía –asegura– la información necesaria sobre el territorio y su cultura.
“Fuimos unos de los primeros en Lonquimay que iniciamos un emprendimiento en base al turismo. Había que responder a la necesidad de los turistas que buscaban conocer rutas y lugares. Ahí nace la inquietud de generar un restorán y posteriormente un hostal”, relata la empresaria de cincuenta y tres años.
Para esta dedicada emprendedora, tener este espacio se ha vuelto fundamental para resaltar lo cultural de este territorio ampliamente rural y todo su entorno. Asegura que el objetivo principal de su hostal y restorán es que los visitantes se sientan como en casa, evocando viejos recuerdos mediante el uso de elementos que antes eran tradicionales y que, actualmente, no se encuentran en ninguna parte.
Así explica la experiencia que ofrece: “Les sirvo en jarros de porcelana y mis clientes me comentan que con cosas como estas recuerdan su infancia, tiempos pasados. Ellos no llegan a cualquier parte, acá se sienten como en casa, siempre se emocionan con los sabores de la comida y los postres, porque les traen a la memoria su niñez”.
El Rustiko se caracteriza por su rica gastronomía, siendo el piñón y los digüeñes parte fundamental su sus platos típicos y tradicionales. Destacan no solo por sus inconfundibles sabores, sino también porque con ellos Lorena pone en valor la cultura ancestral de las comunidades que habitan en la zona.
Es así como también gran parte de los insumos que ocupa son elaborados por productores locales, lo que les permite además el desarrollo de platos típicos de la zona y colaborar con los necesarios procesos de articulación de negocios que giran en torno a este importante destino turístico de La Araucanía.
Es que este local ubicado a escasos cincuenta metros de la plaza de la comuna, en la calle Colón 977, se caracteriza por no contar con televisores en sus piezas. El objetivo –indica Lorena– es lograr una desconexión y que los turistas logren vincularse con la naturaleza.
En ese mismo sentido, cobra gran relevancia el cuidado del entorno y el fomento de iniciativas de sustentabilidad turística, considerando los cerca de seiscientos visitantes que al año llegan a este hotel y restorán inserto en el corazón de Lonquimay.
Algunas de las medidas que ha adoptado Lorena en su empresa van enfocadas a ser más sustentables: “Separamos el plástico del vidrio, trabajamos en torno al uso de elementos de bajo consumo, buscando el ahorro de luz y agua. El aceite que ocupamos no se bota, lo utilizamos para otra empresa que lo transforma en biocombustible. Trabajamos, además, en jornadas de recolección de basura, en base al compromiso que tenemos con el medio ambiente”.
Para esta esforzada emprendedora, Rustiko representa un proyecto de vida que inició hace seis años pensado en su familia y en el futuro de sus hijos, obligándolos a trabajar en un negocio que era completamente desconocido.
Hoy, ser una de las finalistas del concurso Mujer Empresaria Turística de Sernatur la llena de orgullo y alegría, hecho que lo convierte en un aliciente para seguir trabajando en el desarrollo de una actividad que se ha convertido en parte de su vida.
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