Soy Lilian Cuellar, propietaria del restorán Bocasmo de la comuna de Tocopilla en la Región de Antofagasta. Llegué a Chile con muchas ganas de salir adelante: trabajé en muchos restoranes lavando platos, como ayudante de cocina y garzona. Luego, tuve la oportunidad de entrar SQM, una empresa salitrera. Años después, me despidieron y fue ahí cuando empecé con mi sueño, mi emprendimiento.

Empecé a recorrer el centro de Tocopilla y vi una casa abandonada con buena ubicación para poner un restorán. Averigüé quién era el propietario y llegué a un buen trato con él; me arrendó la casa abandonada y empecé con la construcción del restaurante del que ahora soy la dueña.

¿Cómo fue sobrevivir a la pandemia y repensar tu actividad?

Cuando empezó la pandemia, recién nos estábamos levantándonos del estallido social que el país estaba afrontando. Fue difícil buscar la forma de continuar, pero nada nos detuvo. Aun así, seguimos adelante.

Al no poder abrir el restaurante, empezamos a vender por internet y entregar a domicilio. Nos costó, porque no teníamos un vehículo para hacer las entregas y los que contratábamos muchas veces se fueron con el dinero. Hubo momentos en que pensé en dejar todo, no encontraba la salida, las ventas eran muy bajas, pero busqué otras alternativas para seguir, como ventas de desayunos decorativos, cenas para cumpleaños y para eventos. Así fue cómo pudimos seguir.

¿Cuáles son las características únicas de Bocasmo?

Mi restaurante se encuentra en la ciudad de Tocopilla, donde ofrecemos comidas caseras. Es chiquitito, solo tenemos siete mesas, pero es muy acogedor: lo atiendo yo misma para que mis clientes se sientan a gusto. Soy animalista y, ahora que logré comprar el local, mi sueño es ampliarlo y habilitarlo para que muchas familias que aman a sus mascotas puedan venir con ellas, porque también son seres vivos que muchos amamos. 

Tenemos muchos turistas que viajan con mascotas y no los dejan ingresar con ellos y es complicado para quienes andan con mascotas poder tener un almuerzo cómodo, es por eso que en un futuro quiero buscar la forma de tener un espacio para recibirlos como se merecen.

¿Fue difícil emprender como mujer?

Muchas veces por ser mujer, además de trabajar fuera del hogar, tenemos que llegar a cumplir obligaciones en la casa, como limpiar, lavar, atender al marido y hasta sacar al perro. Cuando empecé con mi emprendimiento, no tenía el tiempo para cumplir con las cosas de la casa y la pareja que tenía era machista. Yo no me daba cuenta de que no tenía la obligación de atenderlo, porque así me criaron, con la mentalidad de que las mujeres somos para atender al marido y tener limpia la casa.

Aquí en Chile, cambié la mentalidad porque protegen a las mujeres y nos ayudan a ser independientes, a querernos y que sepamos que solas podemos. Fue así que, al final, me separé del hombre machista que no me apoyaba en mi sueño. Aún estoy en crecimiento, por eso sigo aprendiendo para que mi negocio siga creciendo.

¿Cuál es tu mensaje para aquellas mujeres que, aunque lo quieran, todavía no pueden emprender?

Nosotras las mujeres debemos apoyarnos entre nosotras, no discriminarnos ni envidiarnos. Somos fuertes, guerreras, capaces de lograr muchas cosas e ir cambiando la sociedad machista en la que muchas hemos sido criadas. Hoy en día existen muchas organizaciones y programas que nos ayudan y también con capacitan. Es ahí donde debemos estar para seguir aprendiendo.

Yo empecé mi negocio a ciegas, sin tener un plan de negocio. No tenía ni idea de nada, pero lo hice y me funciono. Ahora me estoy capacitando, aprendiendo, haciendo mi plan de negocio, cerando un logo, aprendiendo de marketing y quiero aprender mucho más para no quedarme estancada. Quiero seguir creciendo.

Somos mujeres fuertes y valientes, que nada nos impida luchar por nuestros sueños. Si yo lo estoy logrando, tú también puedes.