Soy María Teresa Galleguillos Araya, propietaria de Turismo Mayramar. Somos un operador turístico con más de dieciséis años de experiencia dedicados a potenciar rutas en las 15 comunas de la Región de Coquimbo.

Hace diecisiete años era complicado compatibilizar tres hijos con mi trabajo de dependiente. Además, yo había estudiado turismo en la universidad, por lo tanto, sentía que no estaba desarrollándome en mi área de estudio. Por esta razón me la jugué.

¿Cómo fue sobrevivir a la pandemia y repensar tu actividad?

Desde el estallido y luego la pandemia, ha sido muy duro para quienes trabajamos en turismo. Durante los meses más críticos, armé unas cajitas con productos de productores de la región; luego, con un fondo que recibí, creé una tienda de viajes con artículos para los turistas, la cual mantengo hasta el día de hoy.

Además, empecé a conocer productos de turismo aventura para poder buscar alternativas e incluirlas en los nuevos programas, siempre todo pensando en no abandonar lo que me apasiona, que es el turismo.

¿Cuáles son las características únicas de Mayramar?

Lo que hace diferenciador a mis productos es la posventa, ya que algunos servicios son operados directamente por nosotros, ya que somos un turoperador, mientras que otros solo los vendemos, a través de nuestra agencia de viajes.

En ambos casos, nuestros clientes han visto la preocupación, no solo cuando vendemos, sino hasta que termina el servicio. Y eso lo agradecen, porque ellos mismos nos recomiendan. Cuando nosotros operamos los servicios, trabajamos a medida, según los gustos, necesidades y presupuestos de nuestros clientes.

Fue por esta misma calidad en servicio que en 2021, en el Día Mundial del Turismo, recibí un premio a la reinvención.

¿Fue difícil emprender como mujer?

Nunca me he sentido discriminada en algún sentido. Pero lo difícil en esta sociedad es ser madre y compatibilizar esto con el trabajo, especialmente cuando una vive del emprendimiento y depende cien por ciento de ello.

Y para las que somos, como es mi caso, separadas, organizarse y hacer muchas activades con los hijos también es complicado.

¿Cuál fue el aprendizaje de todo lo que sucedió en la pandemia y de lo cual pueden aprender otras mujeres que quieren emprender?

Pude aprender de la pandemia. Gracias a ella y las nuevas formas de trabajar, como el teletrabajo, pude capacitarme en diversas áreas, aprovechando muchísimos talleres, cursos, capacitaciones de buena calidad y gratuitos.

Esto, a su vez, me permitió ampliar redes, especialmente con otras mujeres de la región.