El desarrollo turístico de la región de Aysén está relacionado directamente con el desarrollo integral de su territorio. Es necesario avanzar en la calidad de vida de la población local como condición necesaria para llegar a ser como región un destino turístico desarrollado. En otras palabras, para que tengamos un mejor turismo, necesitamos mejorar aspectos estructurales y transversales a todos los sectores productivos y sociales.

En primer lugar, necesitamos mejorar nuestra educación. Si, educación, y de toda la comunidad. Un pueblo bien educado sabrá atender bien al visitante. Un pueblo bien educado ya no arrojará basura en las calles o en los miradores, porque seremos conscientes de la importancia de vivir en un medio ambiente limpio y descontaminado. Un pueblo bien educado hará que sus automovilistas respeten los pasos cebras en las ciudades de la región, o a los ciclistas que transitan en ella.

En segundo lugar, necesitamos mejorar nuestra conectividad terrestre, marítima y aérea. La Carretera Austral es nuestro principal eje de comunicación interna, pero también es una ruta escénica para el turismo. Debemos mejorar, por tanto, la Carretera Austral con criterios de seguridad y criterios paisajísticos, planificando la instalación de futuros miradores, paradores o sitios de descanso para los automovilistas (con servicios higiénicos incluidos), además de ciclovías para aquellos turistas aventureros de todo el mundo que recorren esta ruta en bicicleta.

A esto se suma la necesidad de contar con una buena señalización vial y turística, que indique los kilómetros para llegar a un determinado sitio y el lugar donde se ubican los atractivos turísticos y servicios. Todas estas mejoras benefician no sólo al turista sino que también al poblador local que transita frecuentemente por esta vía y que también realiza actividades recreativas y turísticas dentro de la región, sobre todo durante los fines de semana largo.

En tercer lugar, requerimos también de mejoras sustanciales en las áreas silvestres protegidas de la región, con senderos bien diseñados de corto y largo recorrido, con refugios y servicios de guías naturalistas especializados para aquellos turistas aventureros que desean recorrer por varios días los parques de la región, o que desean hacer cumbre en sus montañas más emblemáticas. Se necesita a su vez facilitar el acceso a ríos, lagos y áreas protegidas a lo largo de la Carretera Austral y de los caminos interiores, tanto para los pescadores recreativos como para los excursionistas.

Necesitamos también trabajar en la “belleza” de nuestros pueblos y ciudades, a través de diseños urbanísticos bien planteados, con áreas verdes, costaneras, paseos peatonales, pasos cebras en las calles de las ciudades, además de embellecer las fachadas de las casas y eliminar el excesivo tendido eléctrico que genera contaminación visual. Además, se requiere trabajar en aspectos tan básicos como dotar de alcantarillado y servicios de salud a muchas localidades de la región.

En síntesis, el turismo es más que una actividad económica. Es una estrategia de desarrollo que implica aspectos sociales y ambientales que repercuten significativamente en la calidad de vida de la población local. Es así como el turismo requiere de mejoras estructurales que nos permitan hacer de la región un destino turístico “consolidado”, y así dejar de ser un destino turístico “emergente”.

En fin, tenemos mucho que avanzar. El futuro turístico es promisorio, siempre y cuando planifiquemos y gestionemos adecuadamente el desarrollo turístico regional bajo una mirada integral de desarrollo que garantice la calidad de vida de la población local. La buena noticia es que muchos de los aspectos mencionados arriba están siendo abordados por el Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas (PEDZE) de nuestro gobierno.

Gabriel Inostroza

Director Regional de Sernatur Aysén