Las dos empresarias de la Región Metropolitana de Santiago fueron reconocidas por ofrecer a los visitantes, desde cada uno de sus ámbitos, experiencias auténticas al valorar las tradiciones y las costumbres del entorno en que desarrollan sus servicios.

Rebeca Tala

Vive en la comuna de San José de Maipo y hace tres años se dedica a mantener viva la tradición del paseo a caballo en la montaña, lugar donde el turista experimenta directamente la vinculación con la naturaleza.

“Cuando me divorcié, necesitaba mantener a mis hijos, por eso, decidí iniciar mi negocio. Primero, instalé un kiosco y tiempo más tarde compramos caballos. Con eso comenzó a aumentar las ventas de mi negocio y nos permitió trabajar en familia y salir adelante”.

“Las mujeres son las que sacamos adelante a la familia. En caso de necesidad, estudiamos, trabajamos, nos preparamos, hacemos lo necesario por cuidar a quienes amamos. Nos cuesta conseguir oportunidades, pero siempre las aprovechamos. En la medida que se abren los campos laborales, llenamos los espacios y siempre luchamos por lo que queremos trabajando asociativamente. Nos damos aliento, apoyo y soporte para seguir en nuestra lucha, por cada barrera damos la pelea para superarla y salir fortalecidas de dicha situación. La capacitación y el trabajo son la manera de superar la pobreza y mejorar nuestra calidad de vida”.

Mariana Pino

Joven orfebre de Isla de Maipo da vida a Igneo joyas, emprendimiento que ofrece piezas artesanales elaboradas a mano e inspiradas en culturas antiguas.

“Mi negocio surge por la pasión que siento por la manufactura de piezas en metal, la búsqueda de la belleza en la pieza resultante y una constante sed de perfeccionamiento y crecimiento en mi área: la orfebrería. Estudié artes en la Universidad de Chile y los azares del destino me llevaron al taller de orfebrería donde vi nacer mi pasión”.

“La inspiración de mis trabajos surge en las culturas antiguas, el simbolismo, los mandalas y la geometría sagrada. Con una atención personalizada en cada cliente, busco un objeto que lo represente, fortaleciendo una introspección y un apoyo a través de las piedras para trabajar en diferentes aspectos del crecimiento personal”.

“Al ser mujer, madre y jefa de hogar, no hay tiempo para cuestionamientos. Es así como surge el impulso creador y la fuerza para seguir intentando. Al participar en una asociación en mi actual comuna, veo la unión y el apoyo que logramos mutuamente entre las mujeres que participamos, facilitándonos datos de ferias, lugares de abastecimiento, o simplemente con escuchar a otra en sus experiencias”.