Mujer Microempresaria Turística tuvo por propósito reconocer a las mujeres como transmisoras de la cultura local y de los pueblos indígenas, para rescatar la identidad, dar a conocer las culturas de los distintos territorios y transmitirla a los visitantes nacionales y extranjeros. A través de su emprendimiento, Ana Epulef obtuvo el tercer lugar a nivel nacional, adjudicándose un premio de 400 mil pesos.

Richard Quintana, director regional de Sernatur Araucanía, destacó que el emprendimiento de la señora Anita Epulef le permite desarrollar una actividad económica y revitalizar técnicas ancestrales de cultivo, con ingredientes nobles que dan vida a lo más tradicional de la cocina mapuche. “Se logra destacar un elemento que no solamente apunta a un emprendimiento personal y una experiencia de vida muy valiosa, sino que también un espíritu por hacer un trabajo de desarrollo local comunitario que logre integrar a los distintos actores del territorio en el desarrollo económico y productivo”, señaló Richard Quintana.

Gianno Pardo, subgerente regional (s) de Microempresas de BancoEstado, explicó que el emprendimiento de Ana Epulef cumple con todos los requisitos para hacerse acreedor de este premio. Pardo comentó que “una de las características que tiene el emprendimiento de Anita es que preserva la cultura local y, de esa forma, se apoya el emprendimiento femenino: son temas muy importantes, que, como banco, queremos destacar, para seguir apoyando al desarrollo turístico de la región”.

Así también, la directora regional de Sernam, Bárbara Eytel, hizo hincapié en la importancia que este premio tiene, en la valoración de los distintos roles de la mujer en la sociedad, en este caso, desde el aporte al desarrollo económico. “El premio que ha recibido una mujer de nuestra región, la señora Anita Epulef, de Curarrehue, cuyo emprendimiento tiene una pertinencia cultural: es una mujer mapuche. Eso irá en directo beneficio del valor e identidad de nuestra región y, en especial, de las mujeres de La Araucanía, que son mujeres luchadoras”, señaló Eytel.

Mapu Iyagl, alimento de la tierra

El proyecto de Ana Epulef consiste en el restaurante Mapu Iyagl, donde solo se comercializan alimentos nativos con identidad, es decir, aquellas materias primas que conforman nuestro patrimonio gastronómico, que tienen un valor alimenticio y una profundidad histórica que los transforman en baluarte culinario nacional.

Por ejemplo, en La Araucanía, algunos de ellos son la quinoa, productos de recolección, como hongos changle y digüeñes; frutos, como la murta y el maqui; los huevos azules de la gallina, el piñón, entre varios otros que dan vida a preparaciones que pasan de generación en generación del pueblo mapuche y que Ana Epulef recrea fielmente en su cocina, siendo reconocida a nivel nacional e internacional por la forma en que impregna su trabajo de la cosmovisión mapuche.

“Siento mucho orgullo, estoy muy motivada para continuar este trabajo. Ya es un orgullo alcanzar diez años de trabajo, pero, además, este tipo de reconocimientos motivan e impulsan a seguir creciendo y apoyando a otros emprendedores de las redes de las comunidades de trabajo. Hay que seguir soñando, porque lo que yo no he visto nunca en mi trabajo han sido barreras, sino que siempre he visto metas o desafíos que uno se plantea. Y se puede llegar allá. Siempre hay barreras pero uno se las pone sola, pero si lo ves desde otro punto de vista, y puede cambiar, hay que seguir adelante no más, porque siempre se puede llegar a las metas y los desafíos que uno se plantea”, explica con sabiduría esta emprendendora.

Los próximos pasos para esta emprendedora son formar una escuela de gastronomía mapuche, donde se enseñe desde el cultivo y cuidado de las materias primas, así como las preparaciones ancestrales, que viene recopilando de sus antepasados y de distintos integrantes de las comunidades de Curarrehue y la región, en general.