En la precordillera de la comuna de Pinto, camino a las Termas de Chillán, una joven microempresaria lidera una iniciativa familiar orientada al descanso integral en contacto con la simpleza de la vida rural.

Este ha sido un año de importantes decisiones para Roberta Chávez Muñoz (31). Motivada por la actividad turística, optó por congelar sus funciones de educadora de párvulos para abocarse por completo en potenciar el pequeño emprendimiento de su madre, Patricia. Ambas hoy dan vida a Aqualipso Agroturismo, en la comuna de Pinto, Región del Biobío.

Aunque han sido cortos meses para medir esta puesta en marcha, Roberta ya saca cuentas positivas. Ha logrado instalar su oferta integral que incluye alojamiento en cabañas, alimentación, piscina y spa, en la apacible vida rural que aún conserva el poblado de Pinto, paso obligado hacia atractivos turísticos naturales de categoría internacional como las Termas de Chillán (a 80 kilómetros) o al extenso territorio que comparte la Reserva Mundial de la Biósfera Corredor Biológico Nevados de Chillán – Laguna del Laja.

“Esta es la parte más hermosa de Chile, con muchos panoramas. Eso valoran los turistas, sobre todo, los extranjeros. Estamos muy cerca de la cordillera, por la mañana puedes esquiar, regresar a almorzar a Aqualipso y, por la tarde, ir a surfear a Cobquecura. Mientras, al caer la noche, reponen energía en nuestro spa”, destaca Roberta.

El concepto de Aqualipso Agroturismo ha sido diseñado íntegramente por Roberta, en el que se cruzan la tranquilidad del entorno, instalaciones acogedoras, sabores naturales y una atención personalizada.

“Nuestra idea es que el turista viva una experiencia de descanso total y a su medida. Es muy grato cuando nos expresan sus agradecimientos por la atención prestada”, confiesa.

En cuanto a la oferta de alimentación, Roberta señala que todas las opciones ponen en valor la producción propia de su huerto de frutas y verduras, así como se abastecen de los cultivos de los vecinos, aportando al desarrollo económico local.

Algo similar ocurre con la generación de oportunidades de nuevos empleos. Dice que “actualmente, estamos comercializando estadías para delegaciones de un máximo de cincuenta personas, con lo que ya otorgamos nuevas fuentes de trabajo temporal a unas cuatro personas, solo para este tipo de eventos”.

Roberta dice que, para ser microempresaria en turismo, basta con tener actitud y muchas ganas. “Este ha sido un año de aprendizaje y de poner en práctica todas las ideas que he recogido en mis años de vida. Me siento muy orgullosa de lo que hemos logrado. Aqualipso Agroturismo es una opción de trabajo que nos aporta en lo económico y también en la calidad de vida personal y familiar que hoy llevamos”.