Cinco años preocupada de la buena atención del turista le han permitido ser un referente en su ciudad, con un hospedaje seguro y grato ambiente familiar.

Perseverancia, esfuerzo, convicción y trabajo en equipo son algunos de los conceptos con los cuales ha trabajado, permanentemente, Nevenka Andereya Latorre, propietaria del Hotel Boutique Sweet Dreams en Constitución, lo que la posiciona como una de las microempresarias más exitosas en la costa de la Región del Maule.

Nevenka siempre estuvo ligada al mundo del comercio, fue propietaria de un local de lencería por más de dieciocho años, sin embargo, su acercamiento al rubro turístico fue una mezcla de necesidad y visión de negocio. Luego de su separación matrimonial, se vio obligada a salir adelante con sus cinco hijos. Fue así como los embates de la vida la llevaron a transformar en residencial la enorme casa que recién habían adquirido.

Esta microempresaria no dudó un segundo al reconocer que existe un potencial muy grande para la industria del turismo en el Maule, debido a que cada día llegan más visitantes a la zona, gracias al buen trabajo que está realizando el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) en el fomento de los diversos destinos regionales que cautivan por sus bellezas naturales.

No obstante, sabe que la clave para una proyección exitosa en los negocios tiene directa relación con la perseverancia y las buenas relaciones con el equipo de trabajadores. “Tengo mucha suerte, ya que las cuatro personas que trabajan conmigo son tan buenas que me apoyan permanentemente, incluso los días en que estoy un poco triste y con deseos de quedarme acostada, ellas me van a buscar y me levantan el ánimo”, admite.

El fuerte terremoto que afectó a Constitución en febrero de 2010 marcó fuertemente en ella dos conductas de su personalidad. En primer lugar, y bajo los principios familiares que su madre le inculcó, salió en ayuda de quienes más necesitaban, con absoluto desinterés, solo por ayudar a los mauchos. Pero sin olvidar su labor de microempresaria, Nevenka Andereya también vio las oportunidades de negocio tras esta tragedia. “Siempre veo el vaso lleno o, como dice Coco Legrand, frente a la adversidad, hay mucha gente que se pone a llorar y otros que hacen una fábrica de pañuelos. Yo hice la fábrica de pañuelos y me preocupe de hospedar a todos los profesionales que venían a ayudar o a trabajar a la planta celulosa de la ciudad. Después del terremoto, estuve permanentemente lleno de pasajeros”, cuenta orgullosa.

Nevenka Andereya, marcando la impronta de su solidaridad, insiste que siempre hay oportunidades —sobre todo, para mujeres—, por lo que la empresaria dio algunas recomendaciones a aquellas que comienzan en este rubro: “Siempre se debe ser positiva, alegre e ir paso a paso, que si existen caídas, se debe aprender de ellas y volver a levantarse. Pero, por sobre todo, se debe tener como objetivo que el turista se vaya contento con la atención y con la ciudad; por eso, también es importante trabajar alineados con otras empresas turísticas y los servicios del gobierno”.