A orillas del Canal Beagle, se encuentra Puerto Williams, el poblado más austral del mundo. En esta tierra, habita un poco más de 2.500 personas, entre ellas Nury Coronao y su familia.
La microempresaria llegó en 1986 hasta la capital de la Provincia de Antártica Chilena, en búsqueda de nuevas y mejores oportunidades de trabajo, en una estancia de la zona.
Transcurrieron los años y en 2008, junto a Iván, su marido, concretaron el sueño de instalar el Hostal Miramar que hoy tiene capacidad para siete turistas que llegan a estas tierras distantes desde el resto de Chile y el mundo.
Una iniciativa pionera en un lugar donde, por el aislamiento, no es fácil hacer turismo.
—¿Cómo nace, entonces, la idea del Hostal Miramar?
—La idea de instalar el hostal surge como un emprendimiento familiar, con el propósito de mejorar nuestra calidad de vida y acoger a los visitantes que llegan hasta Cabo de Hornos. Además, es nuestra casa habitación, por lo que estamos siempre preocupados en hacerla acogedora y agradable para nuestros pasajeros.
—¿Cómo ha sido trabajar en Puerto Williams? ¿Cuáles han sido los mayores impedimentos que has debido enfrentar?
—Ha sido muy bueno, un camino de mucho esfuerzo, en donde toda mi familia ha participado, mi marido y mis hijos. El mayor impedimento ha sido el abastecimiento, ya que todo lo que necesitábamos para construir tuvimos que traerlo desde Punta Arenas por medio de la barcaza, que en esa época pagábamos, por el traslado. Al vivir en una isla todo es más caro.
—¿Has tenido ayuda de algún organismo público para montar tu empresa?
—Recién el año que pasó, postulé a un programa de emprendimiento local de Corfo, que me adjudiqué. Con él, logré instalar la calefacción central en el hostal. Antes de esto, todo había sido construido con recursos propios.
—¿Cómo ha servido para Hostal Miramar estar inscrito en el Registro de Prestadores de Servicios Turísticos de Sernatur?
—Nos ha ayudado bastante. Han aumentado, considerablemente, las reservas en temporada de verano.
—¿Cómo has visto los resultados de esta pequeña empresa que lideras?
—Hemos podido cumplir con nuestras expectativas de sacar adelante a nuestros hijos, mejorar la calidad de vida que teníamos cuando llegamos a Puerto Williams.
—¿Crees que ser mujer te ha dificultado ser emprendedora?
—Al principio, sí. Pero era más que nada porque era un desafío nuevo, para mí, ser independiente. Y en eso, mi familia y mi marido siempre estuvieron para apoyarme e incentivarme a seguir adelante.
—¿Cuáles son tus sueños más cercanos?
—La idea es que el Hostal Miramar crezca y que sea reconocido como un lugar ideal para descansar en el fin del mundo.
—Finalmente, Nury, ¿qué mensaje les darías a otras mujeres que están pensando emprender en este rubro?
—Que se atrevan sin miedo a salir adelante. Con esfuerzo y empuje, van a lograr las metas que se han fijado en la vida y ser mujeres independientes. Además de que, cualquier cosa que uno emprende, con amor da frutos.
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