Chile se apronta a recibir por primera vez una sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Este evento, mayormente conocido por COP 25, es la cumbre más importante del mundo en este ámbito y tendrá al país como su anfitrión entre el 2 y el 13 de diciembre de este año.

En este mismo contexto y en el marco de una agenda nacional que busca visibilizar las acciones en materia de turismo de cara a la COP 25, Sernatur recibió la visita de Víctor Viñuales Edo (63), director de Ecología y Desarrollo (Ecodes). Esta fundación española, la cual cofundó en 1995 en Zaragoza, es reconocida a nivel internacional por trabajar para conseguir el bienestar de todas las personas dentro de los límites del planeta, bajo ejes estratégicos de responsabilidad social, salud y cuidado del medio ambiente.

Asimismo, en su búsqueda de un cambio de modelo hacia el desarrollo sostenible, Ecodes propicia sinergias entre ciudadanía, organizaciones públicas y privadas para acelerar la transición a una economía verde, inclusiva y responsable.

Para el sociólogo de la Universidad Complutense de Madrid, la cumbre de Naciones Unidas toma especial relevancia, ya que muchos de los problemas medioambientales más significativos que tenemos en estos días en el mundo son a causa de este fenómeno “que está rompiendo la bioquímica de la atmósfera y está cambiando muchas cosas a la vez. Al fin y al cabo, el clima condiciona la vida, entonces, está produciendo el deshielo del Ártico, de la Antártida, en Groenlandia, aumentando las catástrofes atmosféricas climáticas, las sequías, las inundaciones”.

Es que el cambio climático produce consecuencias que van más allá de un tema ambiental y –como dice Viñuales– también ocasionan “conflictos políticos, conflictos de violencia, migraciones en el Mediterráneo; es decir, el conjunto de fenómenos asociados al cambio climático es enorme”. Y, en ese sentido, el turismo no queda de lado. Pero ¿cómo solucionarlo? El director ejecutivo de Ecodes es práctico: “Lamentarse está bien, pero más importante que lamentar la oscuridad, lo fundamental es encender velas. En la fundación, generamos alternativas y encendemos velas”.

Un gran desafío que está liderando la Fundación Ecodes está relacionado a lo que se denomina economía circular, que es donde el aporte de la industria turística (y de otras) puede resultar relevante, ya que “hasta ahora hemos estado en una economía en la que extraigo un recurso, lo utilizo y lo tiro. Estamos llenando el mundo de basura, que muchas veces es contaminante”.

–¿Cómo se aplicaría la economía circular al turismo?

–En este desafío climático, lo que cada sector tiene que ver es cuál es su cuota parte de responsabilidad y, en este caso, cuál es la cuota parte de responsabilidad del sector turístico. En el fondo, la calle estaría limpia si cada cual barriera su trozo de acera. ¿Cuál es el trozo de acera del sector turístico? Hay varios: uno tiene que ver con los viajes, otro con la movilización, que podría hacerse de una u otra manera más eficiente, con un medio u otro; hay toda una tarea. Otra dimensión tiene que ver con las propias instalaciones turísticas: si son eficientes, desde el punto de vista energético, si tiene o no energía renovable, si se gestionan bien los residuos o no.

–De igual modo, en el turismo siempre hay diversos actores responsables.

–Y en este trozo de acera hay responsabilidades desiguales. Qué hacen las empresas turísticas, pero también qué hacen los turistas. Porque hay una cuota parte de responsabilidad de los turistas. ¿Qué deben hacer las instituciones públicas? ¿Cuáles son las regulaciones que ayudan más o menos? Hay un conjunto de actores y hay un conjunto de problemas, pero en el fondo es, desde mi punto de vista, que el sector turístico se pare frente al espejo y diga qué es lo que yo puedo hacer, cuál es mi cuota parte de la responsabilidad.

Sustentabilidad: tarea de todos

El también activista ambiental Víctor Viñuales dice que “una ciudad no va a ser muy turística si está contaminada. La gente no quiere ir a respirar aire contaminado. Cuando pensamos en el atractivo turístico, la gente no solo piensa en la instalación o en el paisaje concreto, sino que además piensa en si es una zona en la que va a agarrar alergias, asmas. ¿Qué atractivo tiene eso?”.

Cierto es que en la actualidad el mundo está en una transición desde una economía basada en los combustibles fósiles hacia una economía basada en la energía renovable, sin embargo, el experto señala que la solución “también se trata de que consumamos menos energía. Tiene multibeneficios: es decir, es bueno para las dos cuentas de resultados, la del planeta, que es de todos, y de las empresas turísticas”.

–¿Entonces, qué consejos útiles daría al turista para que esta actividad sea más sustentable con el medio ambiente?

–Un buen consejo sería que, al elegir sus destinos turísticos, lo haga en relación con su bondad o maldad medioambiental. Eso podría ser una primera medida: si cada vez que alguien va a reservar en un hotel pregunta si hay energía renovable, si hay eficiencia energética… Ese es un criterio a la hora de decidirse, es un mensaje muy potente y muchos hoteles harían una transición mucho más rápida empujada por la demanda. Algo que puede hacer el turista es tirar de la industria turística para que sea más sostenible.

El cofundador de la Fundación Economía y Desarrollo ahonda en este punto, entendiendo que existen distintas responsabilidades: “Una cosa tiene que ver con el comportamiento del turista y otra con la medida en que puede empujar a que las acciones de las empresas turísticas sean más respetuosas con el medio ambiente”. 

¿Consejos para la propia industria? Viñuales explica que “antes, la sostenibilidad era cosa de gente alternativa; ahora, la sostenibilidad es la alternativa. Si una empresa quiere durar en el tiempo, tiene que establecer una conexión entre el propósito de su empresa con propósitos de interés general. Porque lo que hace la empresa choca con el interés general; tardará más, tardará menos, pero su negocio está en peligro”.

Gracias a su vasta experiencia, el autor del libro Caja de herramientas para los constructores del cambio –texto que, según su reseña, «está escrito para la acción. Sabemos mucho, hacemos poco»–, puede citar algunos buenos ejemplos del sector turismo con respecto a la sustentabilidad y la conciencia medioambiental, modelos que son buenas ideas para promover y replicar.

Menciona que “de mi país, se me ocurren los ejemplos de las islas El Hierro, Lanzarote y Menorca: es más fácil vivir y entender la necesidad de sustentabilidad de una isla, de los recursos que entran y salen, la necesidad de conservar ese patrimonio natural. Menorca, Lanzarote y El Hierro son ejemplos de cómo encajar una actividad económica sustentable con una actividad turística amigable con la naturaleza”.

Víctor Viñuales destaca que el cuidado en estos lugares hace que el turismo sea de mayor calidad, más respetuoso con el medio, no tan masificado e incluso con mayor gasto por turista. “Cada vez esto va a ser más relevante y necesario: crear de manera conjunta un ecosistema, una ciudad, una región, una comarca, para ser un destino turístico verde”, puntualiza.

Y a eso justamente está apuntando el sector turístico de nuestro país. Ad portas de este gran evento mundial, reafirmó su compromiso con la sustentabilidad y el medio ambiente. A principios de junio, la Subsecretaría de Turismo, Sernatur y los gremios nacionales firmaron una carta con acciones concretas para promover el turismo sostenible.

Por este motivo, los entes públicos y privados están unidos en una alianza de trabajo que se enfoca en contribuir a los objetivos planteados por la COP 25 y fortalecer el papel de esta industria en la puesta en marcha de los desafíos planteados como país.