Paula fue la emprendedora destacada de la Región de Atacama en el concurso Mujer Empresaria Turística 2022 por Palinay, su emprendimiento de artesanías y muñecas con que resalta la cultura del Huasco.
Soy Paula Elina Carvajal Bórquez, dueña de Palinay, emprendimiento de muñecas de tradición que forman parte de un patrimonio familiar resguardado solo por mi linaje femenino durante muchas generaciones.
Mi motivación para emprender surge desde lo cultural y mi interés por difundir la cultura de la comuna de Alto del Carmen, pensando en promover la ancestralidad de nuestro pueblo originario diaguita. Con el tiempo, también pude observar una oportunidad para emprender haciendo lo que amo, a través de mi experiencia de vida. En un inicio, comencé entregando información turística a visitantes que llegaban perdidos a San Félix y necesitaban panoramas o experiencia típicas de la zona cordillerana de la Provincia de Huasco.
También, en ese momento, se inauguró el Sendero de Chile, el cual comenzaba justo en San Félix, pero existía un bajo desarrollo de infraestructura turística en la zona, por lo que me arriesgué a administrar un módulo de información turística que incluía el Sendero de Chile y que hasta el día de hoy está en uso e informa a los turistas, después de 20 años. Otra motivación fue que con este negocio pude criar a mis tres hijas, mientras trabajaba y difundía mi comuna con mis productos.
En un inicio, antes de la pandemia, mis productos se vendían en ferias y tiendas ubicadas en la zona norte, centro y sur del país. Pero llegada la expansión del covid-19 a Chile, todas las tiendas se cerraron y mis productos ya no se vendían porque las personas no podían salir de sus casas y suspendieron todas las ferias en las que participaba.
Para salir adelante con mi negocio, mi fuente de ingreso y vida, vi otros emprendimientos y empecé a notar que los productos se estaban vendiendo en internet. Así es que registré una cuenta en Facebook e Instagram. Además, participé en un catálogo digital de artesanos y artesanas para poder continuar con mi emprendimiento. También pude complementar mis servicios con WhatsApp, ya que mis muñecas son personalizadas, entonces logré captar los sueños de las personas en mis muñecas por este medio. Finalmente, comencé a mandar mis productos por correo, haciendo que llegaran aún más lejos y logrando vender más de lo que vendía antes.
Desde un inicio, las muñecas indígenas fueron confeccionadas por mujeres y para mujeres, comprendiendo que esta tradición histórica ya tiene más de dos siglos. Estas nacieron con mis tatarabuelas, que las usaban como amuletos para la salud, tradición que se perdió con el tiempo, pero que logré rescatar de la memoria de mi madre.
Están rellenas con hierbas aromáticas para que, cuando las personas tengan malestar, las puedan apapachar o abrazar, con el fin de sanar y proteger con el aroma de los montes. Las muñecas son únicas e irrepetibles, porque son como las personas y están diseñadas para cada una de ellas, mezclando la personalidad de la persona, los oficios diaguitas y la iconografía del arte alfarero diaguita.
Los comentarios de mis clientes siempre son positivos, porque me acompañan durante todo el proceso, por lo que se repite siempre el ‘Quedamos felices’. En 2021 obtuve el Premio Regional de Cultura, Arte y Patrimonio, por mi trayectoria artística, entre otros reconocimientos que he recibido.
Existen prejuicios del cumplimiento y la responsabilidad de la mujer. Por ejemplo, existen prejuicios de no poder cumplir por tener que estar con sus hijas e hijos, pero sí es posible criar y formar un negocio. Muchas veces en cursos me decían que primero está el trabajo si uno quiere emprender, pero yo he demostrado que puedo estar con mi familia, criar a mis hijas y posicionar mis muñecas artesanales en todo el país e incluso en el extranjero.
De un modo era difícil integrar organizaciones de hombres, por lo que formé dos organizaciones de mujeres, la Asociación Gremial de Turismo Alto del Carmen, formada mayoritariamente por mujeres, y Mujeres por el Barro, organización compuesta solo por mujeres. Estas dos me ayudaron a difundir mi cultura y preservar la identidad diaguita del valle. Con Mujeres por el Barro, también demostramos que las mujeres pueden hacer trabajos históricamente reconocidos como de hombres, como la construcción en barro, ya que fue en su momento criticado por ellos mismos.
Todo se puede, el hecho de ser mujer no es un obstáculo. Como mujer, se puede ser muy versátil, desarrollar roles de manera simultánea, ser madre y emprendedora a la vez. También, es bonito como emprendedora poder organizar tus propios tiempos y asociarte con otras mujeres, ya que es un apoyo idóneo al momento de emprender, porque existe empatía y promueve el sentimiento de seguridad, saber que no estamos solas nos da energía para arriesgarnos.
Finalmente puedo decir que la experiencia de otras mujeres me ha enseñado a sobreponerme ante dificultades de la vida y sé que mi experiencia también ha ayudado a otras mujeres. Ser mujer en una cultura que es matriarcal, como lo es la cosmovisión de mi pueblo originario, nos da un estatus de matriarca empoderada, lo que entrega seguridad a nuestras familias y la visión de que como mujeres tenemos un rol importante. Muchas mujeres piensan que no pueden vivir de la artesanía, pero sí es posible. Y también puedo decir que es un bonito camino.
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