Soy Pía José Rojo Moreira, propietaria de Melimoyu Ecocamp y Hostería Melimoyu, dos iniciativas que se asocian entre sí y que logré desarrollar en la localidad de Melimoyu, última colonización de la Patagonia chilena. Melimoyu está en el litoral norte de la Patagonia y se puede llegar hasta ahí solo por un barco que pasa dos veces a la semana. Mi familia llegó a Melimoyu el año 1987, en un proyecto de colonización del Estado chileno, junto a cincuenta familias, de las cuales quedan siete que han soportado las condiciones adversas de nuestra región.

La hostería Melimoyu fue un proyecto que comenzaron mis padres para brindar servicios a los trabajadores de la industria salmonera del sector. En 2014, me separé y regresé a vivir a Melimoyu junto a mis hijas de seis y siete años para comenzar de nuevo y, en septiembre de ese mismo año, mi padre sufrió un infarto y falleció, por lo que tuve que tomar las riendas del negocio familiar.

Después comencé con Melimoyu Ecocamp. Mi idea era hacer un domo ecosustentable en uno de los lugares con la vista más privilegiada de Melimoyu. Así que tomé un curso para fabricar domos y junto a un voluntario italiano comenzamos a cortar el primer domo.

Melimoyu Ecocamp lo terminé el año 2020, cuando llegaron los primeros clientes a arrendar el domo. Pero, luego, vino la pandemia, por lo que mi proyecto estaba medio fracasado, hasta que al año siguiente creo un programa de colonización invernal en Melimoyu, con el que invit a gente a vivir la experiencia de ser colono, en un domo con todas las comodidades e internet satelital. Así fue que pude subsistir todo 2021 gracias a esa colonización invernal.

En 2022, luego de un incidente que sufrí en mi negocio, enfoqué toda la energía creativa en la Hostería Melimoyu y, así como el ave fénix, diseñé todos los espacios de la hostería tomando materiales reciclados, como planchas de zinc viejos y pallets de desecho, y empezamos a construir espacios únicos y bellos. Instalamos un sistema de energía solar y la hostería pasó a ser parte de un todo, donde la sustentabilidad es un eje en nuestras vidas.

Damos un servicio de experiencia a cada uno de nuestros huéspedes, quienes pueden apreciar la sustentabilidad aplicada a la vida diaria, donde los huéspedes tienen que seleccionar sus desechos por tipo y su alimentación está basada en gran parte a los que se produce en nuestros invernadero.

La hostería pasó de ser una hostería como cualquier otra a ser un ícono de sustentabilidad en Melimoyu y en nuestra región. Actualmente, el ecocamp sigue en proceso de crecimiento con el segundo domo en construcción y con el tercero para armar en primavera, siempre con la idea de mostrar a la región y al mundo cómo un proyecto, que parte como un pequeño sueño con todas las adversidades, se transforma en una realidad.

¿Cómo aplicas la sustentabilidad y la accesibilidad en tu negocio?

La sustentabilidad y la alimentación consciente son el eje principal de Melimoyue Ecocamp y de la hostería. La idea de este proyecto, además de ser sustentable, es promover la sustentabilidad como forma de vida y la asociatividad con las comunidades vecinas.

La sustancia en nuestro proyecto se base en un modelo de reciclaje para residuos orgánicos y no orgánicos, producir parte de nuestra energía mediante paneles solares, producir nuestras propias verduras en invernaderos fertilizados con algas del mar y guano de animales, reutilizar productos reciclados en la confección de muebles, como pallets y palos de playas, mangueras de desecho y planchas de zinc viejos en parte de nuestra decoración.

¿Qué es lo característico que ofrece Melimoyue Ecocamp?

Gran parte de Melimoyu Ecocamp está hecho con materiales reciclados, de pallets, rocas del lugar, palitos de playa para construir las lámparas, además de utilizar el agua de lluvia para abastecer el domo y utilizar la energía del sol para producir electricidad. También un sistema de reciclaje de basura para que los huéspedes impacten en lo mínimo el lugar.

Por otra parte, también la Hostería Melimoyu es hospedaje fundado por mi familia y tenemos el mismo sello, con reciclaje y energías limpias, por lo que cada espacio es una experiencia única. También la alimentación se da mediante nuestros huertos orgánicos. Parte de la experiencia es que los huéspedes puedan ir a cosechar sus propios alimentos, los que fueron cultivados en Melimoyu con ferlilizantes totalmente orgánicos, con algas que recogemos del mar y abono de los animales.

¿Cómo se sale adelante como mujer?

Melimoyu es un ejemplo de resiliencia, la última colonización chilena de la Patagonia, donde viven actualmente cincuenta personas en todo el lugar. Es una localidad de aislamiento extremo y solo se llega por barco. Yo llegué a Melimoyu a los diez años juntos a mis padres y, como todos los niños de localidades extremas, tuvimos que salir a estudiar a otras partes y dejar nuestras casas, por lo que salí a estudiar afuera terminando la universidad.

Me casé y después de un quiebre matrimonial llegué a vivir a Melimoyu en 2014 junto a mis padres. Ese mismo año, mi padre murió de un infarto y quedé con mis hijas de seis y siete años viviendo en Melimoyu, a cargo de la hostería, que es el negocio familiar. Principalmente, la hostería estaba focalizada para dar hospedaje a la industria salmonera, sin embargo, cuando quedé a cargo empecé a cambiar el enfoque para convertirla en un hospedaje sustentable, donde todo sea una experiencia.

Llevar un negocio que principalmente es liderado por hombres es un desafío y superé las barreras aprendiendo de todo, desde gasfitería, a trabajar con motosierras, etcétera. Además, Melimoyu es uno de los lugares, como muchos de la Patagonia, con difícil acceso, así que uno aprende a hacer las cosas sola o no se solucionan.

Con el trabajo en la Hostería Melimoyu, pude empezar a construir un sueño: Melimoyu Ecocamp. Lo construí con mis propias manos y con la ayuda de voluntarios del todo el mundo que vinieron ayudar en este proyecto. Hoy, Melimoyu Ecocamp es un ícono de la sustentabilidad regional y nacional, saliendo en diversos medios y programas de televisión, diarios como El Mercurio, que ha denominado a mi negocio como un lugar extraordinario.

Creo en la creatividad de convertir una debilidad en una fortaleza. Esa es la mejor manera de superar todas las barreras.

¿Cómo otras mujeres fueron inspiración para el desarrollo de Melimoyu Ecocamp?

Melimoyu Ecocamp y la Hostería Melimoyu son proyectos de ecosustentabilidad aplicada en todas sus aristas. He formado redes de trabajo con otras localidades aisladas para fomentar el turismo y, en este aspecto, las mujeres de mi región son un pilar fundamental en muchos emprendimientos íconos. Es así que, gracias al trabajo que se hizo junto a la ZOIT liderado por Sernatur, tuvimos la oportunidad conocernos.

Actualmente, en la comuna de Cisnes estamos trabajando en un círculo de Mujeres de la Patagonia, con el que vamos empoderando a las mujeres en diversos aspectos, sobre todo en la creación de redes con otras comunidades. En la localidad de Melimoyu, estamos liderando estos encuentros de mujeres a nivel regional para hacer una segunda versión este año trabajando en la autoestima, con charlas dirigidas por la destacada sicóloga Pilar Sordo, invitación que será ampliado a distintas localidades.

A la vez, estamos pensando a futuro tener un proyecto de capacitación en gastronomía con el destacado chef Alonso Barraza de Recomiendo Chile, con quien haremos un libro de recetas de las mujeres de Melimoyu.

Contacto: www.instagram.com/melimoyuecocamp.